Nade te turbe,
nada te espante.
Todo se pasa,
Dios no se muda.
Sta. Teresa de Jesús
Los celos⦠pero los celos enfermizos y las sospechas (la mayor parte de las veces infundadas) fueron la tónica dominante en la gran mayorÃa de los casos que tratamos de solucionar en âLa Hora de la Verdadâ de Antena 3.
Aquà hay, como ejemplo, una pequeña muestra de uno de esos casos.
Un matrimonio que acudió a nuestro programa como último recurso (ya que los âcanales habituales de solucionar problemasâ estaban agotados) para averiguar un hecho grave: el marido sospechaba que la mujer le estaba siendo infiel con el vecino de arriba y se apoyaba en pruebas tan peregrinas como que una vez ella se asustó al verlo entrar al baño, o que ella ya no tenÃa tantas ganas de hacer el amor con él, o que encontró en el suelo de la ducha una âsustancia sospechosaâ que no era gel de baño⦠o que la toalla con la que se aseaban después de tener relaciones sexuales no era la misma de siempre (mejor que no haga valoraciones al respecto).
Lo mejor del caso es que el caballero estaba tan convencido de que su mujer le habÃa sido infiel que, antes de acudir al programa y de someterla a la prueba del polÃgrafo y del pupilómetro y de conocer el resultado, se fue varios dÃas a locales de alterne para âdevolverle la pelotaâ. Al final resultó que las sospechas eran totalmente infundadas. Ãl quedó⦠pues de aquella manera, y ella por una parte se quitó de encima el peso de una acusación falsa, pero por otra parte se enteró allà mismo, en el plató, que su marido, el que sospechaba de ella, le habÃa sido infiel con prostitutas.